Pues no hubo suerte en despedirte...o quizás
demasiada.
Estuve por encerrarme (o que me encerraran) en un cuartito
bien oscuro o ser facturada unos días de vacaciones.
Sin ti revoloteándome, todo mi ser se volvió insoportable... ¿pero que cojones
me habías hecho? tu disfrutando de tu bacanal personal, hartándote a
beber y a follar y yo mientras tanto procurando parecer un adulto funcional
puertas afuera porque para dentro solo había una mocosa, con lagrimones en
la cara regañando las manecillas de un estúpido reloj porque cuando deja de
mirarlas van hacia atrás.
Y resulta, que ese tiempo regalado me enseñó a
quitarme, porque volviste y parecía que todo era distinto. Ya no era tan...
¿intenso? ¿absurdo? ¿ilógico?¿incorrecto?
... todo ¿bien? ...
Menuda jugada magistral...convencida de haber vuelto a mi
metódica vida ordenada, rutinaria y sosegada donde tu espacio no era otro que
el de una singular e insólita simpatía condenada a desvanecerse a capricho
de Cronos...de improvisto, sin preguntar ni vacilar el tiempo se
detuvo.
Con nocturnidad y alevosía.
Al espacio estricta y profesionalmente estipulado que
manteníamos le dimos total libertad y decidió resbalarse de nuestras
manos....como tu pelo entre mis dedos o tus dedos en mi cintura...todo nos
resbalaba (T-O-D-O) y aunque la mente se nos iba a otro lado (¡eh! a ti el
primero), no saltaron las alarmas...¿por qué? Por ser como somos...¡obvio! así
estamos, con cicatrices de mordemos los labios hasta casi sangrar para
repelernos en la justa medida...¿justa?¿racional?¿lógica?¿correcta?
El agotamiento viene y va contigo... me regalas energía y yo
misma me la dreno torturándome por no comprender o no poder ponerle nombre al
estallido que tengo en las entrañas . O tal vez precisamente el entendimiento sea quién me
haga ver que no puedo seguir el instinto y asaltarte como una teenager porque
eso ahora esta ¿mal?, y ya quedó atrás...eones atrás. Y tu que si podrías
hacerlo prefieres mantener la cordura de adulto que a mi me falta para estar a
la altura....para que así yo te vea
¡¿cómo no voy a verte si es lo único que últimamente se
hacer medio bien?!
Ese día me gané una bien merecida cara larga en casa por
llegar tarde (ya veremos donde pongo referido trofeo) pero no puedo negar
que valió la pena. Porque dejarme caer en esos brazos que se entrecerraron a mi
espalda y que nuevamente resiguieron mi cintura hizo que la mocosa dejara
de llorar y cerrara los ojos para no mirar ese estúpido reloj a ver si así
conseguía el mismo efecto que cuando te fuiste. Y aunque no lo consiguió,
tu y yo si que nos detuvimos.
Saboreamos aquello que debía durar un instante y lo estiramos sin apenas darnos cuenta ....y juraría que por primera vez te sentí vulnerable... y repleto de miedo. Miedo a mirarme a los ojos y saltar la
valla que tan perfectamente nos limita las ganas. ¡Madre mía! ¿debería? ser yo
quién ponga seny a todo esto pero el mero hecho de escribir
sobre ti ya me sobresalta así que dime donde coño busco tal palabrita de cuatro
letras si se esconde cada vez que me sonríes.
Quizás mis inacabables ganas de encontrarte hicieron que
llegase demasiado pronto... o a lo mejor tu te retrasaste y por eso nos hemos
encontrado en tiempos extraños... que perra suerte, porque de no ser así ya nos
habríamos devorado.