lunes, septiembre 09, 2024

Peligro de inundación

En medio de la confusión y tras más de una década de silencio salta un flash en la cámara que había guardada en la caja escondida en el rincón más insólito del desván que es Internet. 

Justo cuando creía navegar por la pacífica pleamar de la treintena (tras varios revuelos que ya expondré cuándo y si me apetece) y me encontraba aposentada en la más apacible rutina de "señora bien, señora fetén" casi de revista, vas tu, MISERABLE y tras habernos visto largo y tendido, repentinamente me miras

Te miro.

  (¡joder!) 

En ese instante el tempo y la melodía que guiaban los pasos de baile que conocía hasta ahora se detienen. SINE DIE. Un tornado se abre paso por mi pecho rompiendo con todo lo que creía saber del amor y me obliga a coger aire porque no tengo más donde agarrarme. 

Sonrío.

(Como una  imbécil)

Intentando despistar esos ojos roble que no cesan en seguir desabrochando los botones de mi alma a la que sin darme cuenta casi dejas en cueros. La rutina se convierte en un juego cuyo tablero tiré hace años...¿por qué ahora? ¿por qué yo? ¿por que así? ¿y las reglas del juego?...que desfasada estoy.... y aún así, me miras.

Sonríes.

(me atrapas) 

Me curioseas, revoloteas y cuando parece que no puedes hacer más me complaces rebasando los límites de mi lógica y sensatez volviéndote mi adicción predilecta.

Rebuscas motivos para estirar el tiempo que tienes para (ad)mirarme. Me sostienes y acaricias las manos como si tuvieras miedo a olvidar su tacto. Y cuando solo quedamos tu y yo... ni el aire se atreve a regresar.

Me miras. 

(me matas

Me vas a echar de menos dices, y yo agradecida porque te vas. 

Vuelta a la normalidad, a navegar sin temporal. Pero volverás y cuando nos encontremos de nuevo... 

...porfavor no me mires más... 

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