Yo estaba triste y tenía miedo, miedo a decirte que se me hacía difícil sonreír. Miedo a pensar que por no ser perfecta no me ibas a querer porque ¿para qué quiere alguien un juguete roto?. Te quiero libre, dicen y yo me siento encerrada entre barrotes de angustias por no saber como ser feliz o simplemente por no recordar como hacerlo.
Entrecruzo letras para desenredar sonrisas y se me escurre de las manos mi pena, y llega en tu mejor momento, en cuanto decides marcharte de vacaciones. Estaba convencida de que esas vacaciones me incluirían a mi también y sin embargo, por quererme libre me has hecho partícipe de ellas.
Y así he aprendido que a tu manera, frío como tu eres o tan cálido como puedes, me cuidas. Lo sé. Me lo enseñaste el día que sin saber como llamarte tu escribiste mi nombre en la arena.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario