Entrecruzo letras para desenredar sonrisas y se me escurre de las manos mi pena, y llega en tu mejor momento, en cuanto decides marcharte de vacaciones. Estaba convencida de que esas vacaciones no me incluirían a mi y sin embargo, por quererme libre me has hecho partícipe de ellas.
Y así he aprendido que a tu manera, frío como tu eres o tan cálido como puedes, me cuidas. Lo sé. Me lo enseñaste el día que sin saber como llamarte tu escribiste mi nombre en la arena.
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